Sin lugar a duda, el agua es un componente totalmente indispensable para nuestro cuerpo, ya que además de constituir cerca del 60% de su totalidad, interviene en procesos biológicos tan diversos como la absorción de nutrientes, el control de la temperatura o la eliminación de toxinas.
De la misma forma, este líquido resulta vital para la salud de cada uno de nuestros órganos, en especial para la piel, pues no solo es el más grande de ellos, sino que además es el receptor principal de esta sustancia.
Sin embargo, nuestro cuerpo es incapaz de almacenar el agua, por lo que es necesario reponer a través de la ingesta todo ese contenido hídrico que perdemos durante procesos biológicos como la transpiración, la micción e incluso la respiración.
¿Cómo influye la deshidratación en el envejecimiento?
Cuando no ingerimos el agua suficiente, nuestros órganos dejan de trabajar correctamente, y como consecuencia, empiezan a aparecer síntomas como sed, fatiga, mareos, palpitaciones, dolores de cabeza, y en casos severos, el déficit de esta sustancia vital puede producir un coma, e incluso la muerte.
En el caso de la piel, que alberga entre el 10 y 20% del agua corporal total, la deshidratación acelera el proceso de envejecimiento, generando sensibilidad, arrugas, líneas de expresión y pérdida de elasticidad, razón por la cual adquiere una apariencia mucho más longeva.
Asimismo, con la edad, nuestra piel va perdiendo su capacidad para retener el agua, por lo que en esta etapa el aporte constante de esta sustancia se vuelve mucho más necesario que en la juventud.
Y es que, si bien es cierto que el envejecimiento es un proceso natural e inevitable, diversos factores tanto internos como externos influyen drásticamente en su aparición prematura, siendo los más importantes la exposición a los rayos del sol, la deshidratación y el estrés oxidativo (exceso de radicales libres).
Sin embargo, esto también significa que es posible retrasar el envejecimiento si evitamos al máximo los factores de riesgo y adoptamos hábitos saludables a tiempo.
Agua hidrogenada, el aliado ideal para combatir el envejecimiento
El agua rica en hidrógeno, mejor conocida como agua hidrogenada, es una poderosa bebida antioxidante que ayuda a prevenir el deterioro celular, ya que además de aportar una hidratación óptima, tiene la exclusiva capacidad de neutralizar selectivamente los radicales libres nocivos para así evitar el estrés oxidativo, principal causa del envejecimiento prematuro y de numerosas enfermedades crónico-degenerativas.
No es casualidad que, a partir del descubrimiento de los beneficios del hidrógeno, se hayan realizado más de mil estudios científicos sobre esta molécula y sus propiedades antioxidantes y terapéuticas en alrededor de 170 patologías, mostrando efectos beneficiosos sobre cada uno de los órganos del cuerpo humano, incluida la piel.
En definitiva, el agua hidrogenada es tu mejor aliado para prevenir el envejecimiento prematuro, ya que es la única capaz de ejercer efectos sobre los tres frentes claves: protege la piel contra los daños producidos por los rayos del sol, neutraliza el exceso de radicales libres y, además, proporciona una óptima hidratación.
¡¿Qué esperas para comprobar tú mismo los maravillosos beneficios del agua hidrogenada?!
Referencias:
Palma, L., Tavares, L., Bujan, J., Monteiro, L. (2015). Dietary water affects human skin hydration and biomechanics [Resumen]. Clinical, Cosmetic and Investigational Dermatology. Recuperado de: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4529263/
MHI – Molecular Hydrogen Institute. (Sin fecha). Molecular Hydrogen Is Great for Skin. Recuperado de: http://www.molecularhydrogeninstitute.com/molecular-hydrogen-for-skin