No cabe duda de que combinar actividad física regular con una hidratación adecuada resulta indispensable para manteneros sanos, pues ambas son sinónimo de bienestar, no solo a nivel físico, sino también a nivel mental e incluso emocional.
Y es que, al ejercitarnos intensamente o por tiempo prolongado, nuestro cuerpo pierde una gran cantidad de líquidos y electrolitos a través de la sudoración, la cual le sirve como mecanismo para eliminar el exceso de calor corporal. Por tal razón, es sumamente importante reponer dicha pérdida con la ingesta de agua, ya que una hidratación inadecuada, además de reducir drásticamente nuestro rendimiento físico, en el menor de los casos, favorece las lesiones, la fatiga y los dolores musculares.
Pero, ¿qué cantidad de agua debemos consumir al ejercitarnos para evitar la deshidratación?
Según expertos, para mantener una correcta hidratación, debemos beber agua antes, durante y después del ejercicio de la siguiente manera:
1. Aproximadamente 500 ml una o dos horas antes de empezar.
2. Alrededor de 150 ml durante el ejercicio (cada 15 minutos).
3. Aproximadamente otros 500 ml después del ejercicio para rehidratarnos y facilitar la recuperación.
Agua hidrogenada, el aliado perfecto para la actividad física
Sabemos que la bebida más segura y saludable que podemos tomar es el agua (siempre y cuándo esté debidamente filtrada), por lo que es fácil imaginar que el agua enriquecida con hidrógeno es incluso más potente y saludable que el agua normal.
A continuación, te mostraremos tres razones – respaldadas por estudios científicos – por las cuales el agua hidrogenada podría ser tu mejor compañía a la hora de hacer ejercicio:
1. El agua hidrogenada mejora nuestra capacidad para hacer ejercicio.
En un estudio publicado en la revista Medicine & Science in Sports & Exercise 12 mujeres fueron divididas en dos grupos: las participantes del primero de ellos recibieron un litro de agua hidrogenada diariamente durante 28 días, mientras que las del segundo recibieron diariamente un litro de agua placebo (agua del grifo) por el mismo período. Todas ellas fueron evaluadas en diferentes variables tanto al inicio como al final del tratamiento. Luego de 28 días de seguimiento, se observó que, en comparación con el agua placebo, el agua hidrogenada mejoró significativamente el tiempo de agotamiento, el trabajo total completado y el VO2 máx. (cantidad máxima de oxígeno que el organismo puede absorber, transportar y consumir en un tiempo determinado), lo que indica claramente que el agua hidrogenada puede mejorar el rendimiento durante el ejercicio.
2. El agua hidrogenada reduce la fatiga muscular.
En el año 2012, un estudio publicado en la revista Medical Gas Research se propuso investigar los efectos del agua hidrogenada sobre el estrés oxidativo y la fatiga muscular en respuesta al ejercicio intenso. Para esto, diez jugadores de fútbol fueron sometidos a pruebas de ejercicio y muestras de sangre. Se les suministró agua hidrogenada o agua placebo durante intervalos de una semana y además se les pidió que usaran un cicloergómetro con un 75% de capacidad aeróbica (VO2) durante 30 minutos, seguido de la medición del torque máximo y la actividad muscular a lo largo de 100 repeticiones de extensión isocinética máxima de la rodilla. Los resultados mostraron que el agua hidrogenada evitó el aumento del ácido láctico en sangre y mantuvo el torque máximo en la fase temprana, mientras que el agua placebo disminuyó considerablemente el torque máximo durante la extensión isocinética máxima de la rodilla, indicando fatiga muscular. Esto sugiere que el agua hidrogenada reduce los niveles de lactato para evitar el deterioro de la función muscular.
3. El agua hidrogenada reduce la acidez producida por el ejercicio (acidosis metabólica).
En el año 2014, un grupo de investigadores dirigido por el doctor Sergej M. Ostojic realizó un estudio para investigar los efectos del agua hidrogenada sobre la acidosis metabólica, una afección caracterizada por el aumento en la acidez de la sangre, y que puede exacerbarse con el ejercicio intenso. Para esto, 52 hombres sanos y físicamente activos recibieron agua hidrogenada o agua placebo durante 14 días y fueron sometidos a exámenes. Los resultados mostraron que el agua hidrogenada aumentó significativamente el pH sanguíneo antes y después del ejercicio sin efectos secundarios, por lo que el estudio concluyó que dicha bebida, además de ser segura, ejerce efectos alcalinizantes sobre la sangre, reduciendo la acidez causada por el ejercicio intenso.
Referencias:
1. Ostojic, S., Korovljev, D., Stajer, V., Javorac, D. (2018). 28-Days Hydrogen-Rich Water Supplementation Affects Exercise Capacity in Mid-Age Overweight Women. Medicine & Science in Sports & Exercise. Recuperado de: https://journals.lww.com/acsm-msse/fulltext/2018/05001/28_Days_Hydrogen_Rich_Water_Supplementation.2411.aspx
2. Aoki, K., Nakao, A., Adachi, T., Matsui, Y., Miyakawa, S. (2012) Pilot study: Effects of drinking hydrogen-rich water on muscle fatigue caused by acute exercise in elite athletes. Medical Gas Research. Recuperado de: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3395574/
3. Ostojic, S., Stojanovic, M. (2014). Hydrogen-rich water affected blood alkalinity in physically active men. Research in sports medicine. Recuperado de: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/24392771